Tras llegar a la histórica marca de 5 cm por debajo del cero en el puerto de la ciudad de Santa Fe el 20 de julio, el río Paraná repuntó llegando a los 9 cm días atrás. Luego, bajó levemente y se ubicó en 6 cm el 27 de este mes. Desde entonces no se movió.

 

Hacía más de 50 años que el río Paraná se mostraba de esta manera y, como ocurrió en el siglo XX el bajo nivel de agua genera diversas preocupaciones, sobre todo en materia de navegabilidad y captación del recurso para su consumo.

Por ello, el gobierno nacional decretó la emergencia hídrica en las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires, sobre las márgenes de los ríos Paraná, Paraguay e Iguazú.

Pronóstico del INA

Este viernes el Instituto Nacional del Agua (INA) actualizó sus proyecciones en relación a la altura del río Paraná para los próximos 15 días.

Para el 3 de agosto, el organismo prevé que el nivel mínimo que pueda mostrar el Paraná sea de -0,15 mts, el medio 10 cm y el máximo 35 cm. En tanto, para el 10 de agosto el escenario pronosticado por el INA es: mínimo -0,10 mts; medio 7 cm y máximo 30 cm.

Al mismo tiempo, desde el Instituto explican que “prevalece una tendencia descendente en todas las secciones del río Paraná en territorio argentino. Continuará predominando en los  próximos tres meses”. En ese sentido agregan: “Va definiéndose la tendencia prevista, con afectación a todos los usos del recurso hídrico, exigiendo especialmente a la captación de agua fluvial para consumo urbano”.

Este viernes hubo una reunión entre el intendente de Santa Fe, Emilio Jatón, y el titular de Aguas Santafesinas SA, Hugo Morzán. En la oportunidad, el presidente de Assa explicó los motivos por los que hace unos días el agua corriente tiene un sabor distinto en la capital de la provincia.

“Hay menor presencia de agua en el río Paraná que ingresa a la laguna a través del Leyes, y mayor afluencia de los Saladillos, con lo cual, esto nos afecta en la toma Hernández. Pero estamos trabajando en la colocación de bombas en la toma Colastiné para compensar esa situación e ir mejorando”, manifestó.

“Hay percepción de mayor salinidad en el agua que sale de los grifos en todos los hogares, la medimos en nuestros laboratorios y está perfectamente controlada no sólo por ASSA sino también por el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress), de manera tal que puede ser consumida sin ningún tipo de inconvenientes”, detalló el titular de Assa.

En ese sentido, Morzán agregó: “Hoy, en la toma Hernández, tenemos funcionando las seis bombas que están allí. Hemos agregado sobre una aducción una nueva bomba sumergible y utilizando ese canal de aducción”. En caso de que se presente un escenario por debajo del metro, “vamos a colocar seis bombas sumergibles, conectadas al extremo del muelle y de ahí captaremos el agua desde abajo hacia arriba, de manera de poder abastecer sin inconvenientes, aún en condiciones por debajo del metro”.

Fuente: El Litoral

Compartir