La tormenta es un fenómeno democrático. Puede afectar a cualquier persona, incluso los más cautos , especialmente en los dias calurosos de verano cuando los comulonimbus se forman muy rápidamente y , por supuesto, interesa a los màs aventureros y los que, como nosotros, aman navegar , incluso en invierno.

Además de fuertes ráfagas de viento y lluvias torrenciales , la tormenta trae consigo los rayos, descargas eléctricas de millones de voltios. El rayo ademàs calienta el aire que está en contacto provocando una especie de explosión que genera el trueno que es la única cosa útil de esta hermosa escena que nos ofrece la naturaleza : gracias a los truenos podemos saber a que punto estamos de una tormenta.

La velocidad del sonido es de hecho aproximadamente de 340 metros por segundo. Así que una vez que viste el relàmpago, basta contar el número de segundos que pasan hasta el momento en que se escucha el trueno y hacer una simple multiplicación. Así que si entre el relámpago y el trueno pasan 5 segundos, la tormenta se encuentra aproximadamente a una milla de nosotros.

Esta idea representa un primer paso para protegernos de los rayos. Conociendo la posición de la tormenta con respecto a nosotros y observando cómo se desarrolla y se mueve, podemos cambiar la ruta para evitarlo. Es muy simple, con una lancha gracias a su velocidad, un poco más difícil, pero no imposible con un velero.

Otra información importante se relaciona con cómo se construyó el barco en el que estamos navegando. Muchos astilleros ofrecen un sistema de masa conectado a una placa grande, otros no lo hacen.

La tormenta se acerca y los relámpagos comienzan a caer peligrosamente cerca de nosotros. El palo y las cuerdas son formidables conductores, por lo que la primera medida a adoptar para nuestra seguridad es permanecer alejada de estos equipos y advertir a la tripulación a hacer lo mismo. Además, no debemos tocar ninguna pieza de metal, incluyendo el motor.

Si, como es muy probable, está lloviendo y la cubierta está mojada, no se debe caminar descalzo, mejor llevar zapatos que nos aíslan de otro potencial conductor que es el agua.

Si estos son los comportamientos para proteger nuestra seguridad, se deduce que las operaciones para la defensa del barco deben llevarse a cabo antes de que la situación sea peligrosa.

En términos generales debemos que conectar las partes más vulnerables que puedan ser afectadas, palo y cuerdas, con el mar que representa la masa. Uno de los sistemas es colegar cadenas al palo, cuerdas y estay, y soltarlas en el mar. Si se trata de un truco eficaz en rada, en navegaciòn, puede que no sea muy práctico, y es por eso que es importante tener preparado a bordo un emplante de masa.

Aún en rada se puede pasar una ronda de cadena alrededor del estay de galope con el otro extremo naturalmente en agua.

Advertencia: en el puerto a veces hay una sensación de mayor protección contra los rayos. Es falso y debemos tomar las mismas precauciones que en rada.

Por último una curiosidad. La gente suele confundir el relàmpago con el rayo. De hecho, el relàmpago es la parte luminosa del fenómeno. Así que el rayo se compone de relàmpago y truenos generados por una descarga eléctrica.

Fuente: Todos los Barcos

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