La ósmosis es uno de los problemas más graves que puede afectar un casco de fibra de vidrio. En este artículo explicamos qué es la ósmosis, cómo identificarla y qué hacer para eliminarla.

La ósmosis es un fenómeno de descomposición natural de la resina debido a la absorción de agua que hace que el casco del barco pierda progresivamente su homogeneidad y que puede llegar a alterar gravemente sus propiedades mecánicas

Hoy en día, la ósmosis se puede identificar y solucionar a tiempo, realizando un tratamiento específico y comprobando periódicamente la humedad relativa contenida en el casco.

¿Qué es la ósmosis?

A mediados de los años 60 empezó a generalizarse la utilización de resinas de poliéster reforzadas con fibra de vidrio (PRFV) de forma masiva para la fabricación de cascos de embarcaciones deportivas y de recreo. El poliéster, al contrario del acero y otros metales, o la madera que puede ser afectada por la putrefacción, es un material plástico anticorrosivo. Al ser resistente a la radiación solar y fácil de moldear, su uso se extendió rápidamente para la construcción de embarcaciones. Con el tiempo se descubrió que el poliéster también está expuesto al deterioro, que puede perder sus propiedades estéticas por su exposición a la intemperie y, lo más grave, que puede sufrir ósmosis cuando se encuentra sumergido en el agua.

Años más tarde se observó que los cascos de poliéster absorbían agua en proporciones que oscilaban entre un 3 y un 4% de su peso inicial y que cuando el porcentaje era superior al 1,5% aparecían por debajo de la capa de gelcoat abundantes ampollas llenas de un líquido ácido. La palabra ósmosis, por lo tanto, se utiliza para identificar este fenómeno de descomposición natural de la resina debido a la absorción de agua.

La ósmosis se produce a causa de la filtración del agua a través del gelcoat y la resina, que tienen una capacidad de absorción distinta. En los barcos de PRFV la capa externa del gelcoat tiene la función de proteger el laminado de agentes externos, pero ésta a veces actúa como una membrana semipermeable que permite el paso del agua hacia el interior del laminado. A medida que el agua va penetrando en el casco, reacciona con algunos de los componentes del laminado. De esta forma se crean pequeñas áreas en las que hay una alta concentración de sustancias químicas la cual es más fuerte que cualquier otra concentración exterior del casco, como puede ser el agua de mar. Esto obliga a cada célula a ejercer una gran fuerza osmótica, que hace que penetre más agua del exterior en el casco, en un intento por reducir la concentración de sustancias químicas. Todo esto provoca que suba la presión dentro del casco, ya que entra más agua de la que puede contener en ausencia de expansión. La resina y los tejidos de fibra de vidrio y mat pierden progresivamente su homogeneidad y se alteran gravemente las propiedades mecánicas del casco. De todas formas, para llegar a estos extremos hacen falta muchos años, pero es importante controlar la humedad del casco para evitar la aparición de este fenómeno.

Identificación y tratamiento de la ósmosis

Afortunadamente, en la actualidad la ósmosis se puede prevenir y solucionar. Hace falta simplemente identificarla a tiempo y seguir atentamente su evolución para poder intervenir en el momento oportuno. Para evitar que la ósmosis aparezca y se propague, hay que impedir que la humedad penetre en el estratificado utilizando resinas y gelcoats con alta capacidad de impermeabilización, como por ejemplo las resinas de poliéster isoftálicas y epoxys.

Para un tratamiento de cura y prevención, el primer paso es realizar un chorreo de arena a la obra viva en dos fases: en la primera se eliminará la totalidad del antifouling hasta dejar al descubierto el gelcoat y, a continuación, se efectuará un lavado con agua de toda la zona chorreada. Una vez seca, procederemos a la segunda fase, que consiste en eliminar toda la capa de gelcoat y las áreas de estratificado que estén en mal estado. Tras el chorreo se tienen que realizar lavados periódicos con agua a presión para disolver todos los productos químicos generados por el fenómeno osmótico. También se tendrá que llevar a cabo un control exhaustivo de los niveles de humedad y temperatura del interior y exterior del casco para optimizar y acelerar el secado general.

Además, habrá que comprobar periódicamente la humedad relativa contenida en el casco hasta llegar a los valores óptimos para iniciar el tratamiento. Es difícil dar un plazo exacto para asegurar el secado de un casco, porque depende del grado de humedad alcanzado, del clima de la zona y de muchos otros factores variables. Una vez el casco esté seco se aplicarán dos capas de imprimación con alto contenido en resina epoxy y de espesor elevado. Algunos profesionales recomiendan que la segunda capa de color distinto para tener un mayor control de los espesores aplicados (cada una de las capas tiene que rondar las 150 micras de espesor). Una vez realizado este proceso se aplicará una imprimación epoxy específica para asegurar un agarre perfecto del antifouling para que el barco se quede en buenas condiciones durante varios años.

Por: Jordi Maseras / Fuente Cosas de Barcos

Compartir