“Gloria a los bravos marinos, hijos titanes del mar”. Comienza así el “Himno a las víctimas del rastreador Fournier”. Esa primera estrofa, escrita por Tomás Casullo, coincide con el sentir que se pone de manifiesto en cada homenaje que la Armada y el pueblo argentino realizan en honor a los 77 hombres que el 22 de septiembre de 1949 perdieron la vida en cumplimiento del deber a bordo del rastreador ARA “Fournier”.

La unidad se hundió durante una despiadada tormenta cuando navegaba desde Río Gallegos hacia Ushuaia, su base temporal de operaciones mientras permanecía como buque de estación en esa ciudad fueguina.

Su zarpada final fue el miércoles 21 de septiembre. Horas después, un temporal lo encontró en el estrecho de Magallanes. El análisis posterior concluyó en que el “Fournier” habría dado una vuelta campana; las grandes olas, producto de la fuerte tormenta, lo golpearon sin piedad.

Los relojes de los marinos encontrados tras el naufragio, se habían detenido entre las 4,20 y las 4,25 del día 22. Se estima que minutos antes habría ocurrido el accidente.

La búsqueda

Sin novedades del rastreador desde la tarde del 21, se formó una patrulla de exploración conformada por remolcadores, fragatas y aeronaves que recorrieron el posible derrotero del rastreador. La misión era buscarlo explorando con buques sobre una derrota en los canales fueguinos y con aviones navales en bahías, senos, pasos y caletas del archipiélago. Participaron unidades de Argentina y Chile.

Fueron destacados buques a los canales fueguinos, la boca oriental del estrecho de Magallanes y cercanías del Cabo de Hornos.

El 3 de octubre, un avión divisó restos de un naufragio en Punta Cono, a la entrada del canal San Gabriel, 60 millas al sur de Punta Arenas (Chile), por lo que se destacaron los buques “Bahía Blanca” y “Sanavirón”. A la tarde hallaron dos lanchas rotas del “Fournier”, un salvavidas y un cuerpo.

Un poblador chileno encontró otro cuerpo y las naves argentinas recuperaron dos cuerpos a orillas del canal San Gabriel. A 20 metros de la orilla de bahía Catalina se descubrió la balsa con otros cinco cuerpos, entre ellos el del Comandante del buque, Capitán de Corbeta Carlos Negri.

Duelo nacional

La noticia conmocionó al país. El presidente Juan Domingo Perón declaró el duelo nacional por 3 días, con la bandera nacional a media asta y se suspendieron todos los actos previstos para el 12 de octubre.

El 14 de octubre a las 16 hs una multitud se dio cita en el puerto de Buenos Aires para recibir los restos de los tripulantes del “Fournier”. Fueron trasladados a bordo de la fragata “Heroína” y desembarcados en el muelle oeste de la dársena A; la fragata fue escoltada durante la navegación y entrada al puerto por dos torpederos, una fragata, tres rastreadores y cuatro lanchas torpederas.

Además, aeronaves de la Aviación Naval sobrevolaron la dársena A hasta que la “Heroína” inició el amarre y, para rendir los honores durante el desembarco de los restos y la colocación de los ataúdes sobre los vehículos en tierra, se formaron frente al muelle una Compañía de Cadetes de la Escuela Naval Militar, cuatros Compañías de la Escuela de Mecánica de la Armada y una Compañía de Infantería de Marina.

Al finalizar los actos programados, el cortejo se dirigió al predio de la Escuela de Mecánica de la Armada; allí se realizó el velatorio.

El multitudinario recibimiento de los restos mortales de los 9 marinos, simbolizó también el sentido homenaje a los tripulantes del “Fournier” que quedaron como custodios eternos en las aguas australes junto al rastreador.

En una orden general, con fecha 12 de octubre de 1949, el entonces Ministro de Marina Enrique B. García, manifestaba que “… el ejemplo dejado por los abnegados marinos en el cumplimiento de su misión, con holocausto de su propias vidas y el dado por sus camaradas en los trabajos de rescate, queden grabados con caracteres indelebles y profundos en el sentimiento de todos los componentes de la Marina de Guerra, como el mejor homenaje que los mismos merecen”.

Desde que ocurrió el trágico episodio, los reconocimientos y honores al “Fournier” y sus tripulantes han sido permanentes; desde sellos postales, monumentos, nombres de calles en diferentes ciudades y la plantación de 77 árboles a la vera de la autopista Ricchieri, en la Ciudad de Buenos Aires.

Y cuando el calendario marca el 22 de septiembre de cada año, en el ámbito naval, dos ceremonias tienen lugar en su honor: en Ushuaia, donde se erige el monumento a los Náufragos del Rastreador ARA “Fournier” y en la plaza Fournier del Barrio Rivadavia de la Base Naval Puerto Belgrano.

Fuente: Gaceta Marinera

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